Para variar y no faltar a nuestro rito de pasar por el Ocho y Medio al menos una vez a la semana, no vaya a ser que nos brote un trastorno extraño por no fichar, llegó el sábado y Volvimos a la Selva con Sexy Zebras.
Iniciando la tarde pudimos ver a Versos Rotos, grupo alicantino de pop-rock que se formó en 2006. Hemistiquio se llama su último EP publicado en 2013 que contiene temas como, Sin ti no soy yo, La lluvia, Quiero Quemarme o Tu sabor, temas que pudimos escuchar en directo. Estos cuatro chicos han compartido escenario con grupos de la talla de Love of Lesbian o Supersubmarina, siguen creciendo y oiremos hablar más de ellos. (Escúchales pinchando AQUÍ).
Y tras ellos, cerrando gira en la capital, el trío Zebra abrió la noche con Corofobia y, desde ese momento, la sala But se convirtió en una auténtica selva. No es broma, por allí correteaban un par de tigres e incluso un elefante.
Sonó casi enterito el último disco, desde la romántica Caramelos, pasando por el momentazo de ver a los tres a la batería en el inicio de 3012 o Hasta el amanecer. Con todo el mundo ya calentito y rugiendo llegó Fuego, de su disco Nada más lejos de la realidad y se desató la locura, sin descanso llegó Libres y, como este concierto no era para estar quietos, Sexy Zebras no dieron tregua, tocaron Caníbales y seguidamente Vagabundos, de lo que son los grandes poderes y en lo que nos están convirtiendo.
Vino el subidón máximo con Visitantes (descubre como fue pinchando AQUÍ). Y como a pesar de todo no hay que perder la fe, explicó José Luna, sonó Lobos.
Llegó el final del concierto, y cerraron con todo el mundo saltando mientras tocaban Tnt.
Intencionado o no, no lo sé, aquello se asemejó bastante a una selva; tigres y elefantes, Tarzán al lado de Gabi era un principiante, qué manera de moverse como por lianas por todo el escenario y, por supuesto, las camisetas le sobraban a las Zebras, es bien sabido el calor que hace en la sabana.
Gran fin de gira y enorme concierto de Sexy Zebras. Se dejaron la piel en el escenario ante un público lleno de caras conocidas, pero también lleno de caras desconocidas y eso es muy buena señal.
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